El aura de lo presencial existe. Hay aromas, sabores y tactos que solo se viven in loco. Hay una conexión neuronal en presencia que no puede darse mediada. Y hay, sobre todo, una comunión de colmena al vivir todos juntos y al mismo tiempo esta epifanía continua.
Quisiera quedarme en la fe y esquivar la idolatría pero no hay manera de salirse del lenguaje religioso para hablar del viaje a São Paulo. Lo siento, yo no hago las reglas.
Pienso en el tour y pienso en pasión (como apetito), en adoración (como afición amorosa) y en llama (como calor). Y ahí pienso en fuego (volvimos ardidos), en fogones (las charlas que tuvimos), en combustión (encendimos el motor para seguir) y en cocina (empezamos a trazar nuestro plan maestro). Y entonces pienso en avivamiento que, como la acción de avivar -al contrario de la pasión pasiva-, es un ejercicio del hacer, una ejecución, un proyecto.
Visitar la obra de arquitectura moderna impulsada principalmente por la escuela paulistana, pero también por artistas como Lina Bo Bardi o Niemeyer, es de un avive sin vuelta atrás. Conocer la diferencia y la continuidad del programa al proyecto solo puede hacerse al pasar del mapa al territorio. Es la posibilidad de tomar dimensión y ver mejor. También lo es perderse y navegar esas plantas extensas de concreto, con iluminación cenital, con rampas, con escaleras, con ascensores y sin puertas de entrada como una gran bienvenida a todos. Como dijo el mismísimo João Batista Vilanova Artigas sobre los edificios paulistas “son la espacialización de la democracia donde todas las actividades son lícitas” incluso parar o leer porno*. O verlo en vivo: pisos enteros suspendidos, c o l g a d o s, sin columnas internas, sin interrupción, avalando el flujo, impulsando el movimiento.
La modernización técnica de la construcción civil con el hormigón armado y la racionalización del diseño es un modelo que permite la reproductividad y el crecimiento a gran escala pensado y construido desde Brasil para Brasil y su gente. No es solo una búsqueda técnica o estética, es un proyecto para el desarrollo nacional. Y los arquitectos de la escuela paulistana son profesionales al servicio de este plan y, por supuesto, de su país.
Como me ha dicho Carlos Maslatón esto no ha sido un tour. Agrego yo: ha sido un avivamiento.
Gracias, Ale, por el avive.
*En una de las bibliotecas públicas dentro del Parque Villa-Lobos hay una ludoteca que además de cyber tiene sala de lectura para mayores de 18 años, es cerrada pero vidriada, y cuenta con publicaciones editoriales para adultos. O sea, digamos, porno.
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