Cerca de una casona, de las que quedan por el SOHO

Ese olor a fluido manchester que le hacía acordar al verano y a la galería. No sé, habrá gente que recuerde más sabores, o imágenes, pero en Juana los olores eran marca registrada. No sabía bien de dónde venía, pero tampoco quería que se vaya. Era un olor fuerte y cerrando los ojos podía escuchar las hojas arrastradas por el escobillón a mejor vida. Nunca había entendido por qué Rosa no las tiraba en una bolsa, simplemente se las regalaba al viento y Juana, adoraba que se formaran remolinos medianos de hojas y pasto recién cortado. Ese era otro olor de su infancia, el pasto recién cortado, a penas si se acordaba del ruido molesto a las ocho de la mañana del tractorcito podador, pero qué lindo, levantarse con ese olor a naturaleza viva. Y de más chica le fascinaba además que lloviera a la noche y que ya de madrugada la alfalfa, que reposaba detrás de su ventana, ficara cheirosa, como decía la Luisa.

1 comentario: